Carter Scholz ~ Kenneth Rexroth, Observador


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traducción inédita de Ignacio Morales V. de este ensayo que apareció originalmente en In the sierra: mountain writings, de Kenneth Rexroth.

 

 

 

 

Como astrónomo amateur, llego a tiritar cuando un poeta dirige su mirada al cielo, o pretende hacerlo. Robert Frost, uno de los más eminentes pretendidos astrónomos entre poetas, observó, “Orion siempre emerge de lado/ pasando una pierna sobre nuestra cerca de montañas/ y levantándose en sus manos.” En general así de buenos son los poetas después de que oscurece. Muy poco se ha aprendido del poema “Guirnalda de laurel” de Robert Skelton. Comúnmente un planeta, una estrella, una constelación o la luna son invocadas como un adorno,  un sentimiento, una metáfora vaga, o por la sonoridad de su nombre.Kenneth Rexroth (1905-1982) es una gran excepción. Cuando él miraba el cielo, se preocupaba de observar cuidadosamente lo que estaba viendo, y buscar un lenguaje para registrarlo.

Los poemas de Rexroth se ambientan a menudo en la Sierra Nevada de California, donde he acampado por treinta años. Puedo decir por experiencia propia que sus descripciones son tan sólidas como cualquiera que haya leído, incluyendo las de John Muir. Quedé particularmente impactado cuando Kim Stanley Robinson me envió una foto tomada cuando acampaba cerca del Paso Deadman. El día anterior, había leído el poema “Hacia una filosofía orgánica” en el que Rexroth describe un acantilado rojo:

 

La pradera inferior es un lago,

las siguientes están nevadas, el paso está cubierto de nieve,

solo las rocas más escarpadas están desnudas. Entre el paso

y la última planicie se abren unos cien pies,

un estrecho abismo azul atravesado por una cascada,

salpicada con la luz del amanecer en lo alto, negra y turbulenta

cuando desaparece otra vez en la nieve.

El mundo está lleno de fuentes ocultas de agua en movimiento

que palpita en los oídos como éter;

las agujas de granito se alzan en la nieve, pálidas como el acero;

sobre la mina de cobre el acantilado es de un rojo sanguíneo,

la blanca nieve llega hasta el borde.

 

Miré la foto por unos segundos y dije, “Ese es el lugar.” Y efectivamente, era.

Rexroth era un autodidacta, una figura público. Como tal, fue especialmente cuidadoso con probar y controlar las fronteras de su conocimiento. En astronomía  estaba familiarizado con algunos nombres de estrellas, constelaciones, eclipses, conjunciones planetarias, y algunos objetos del espacio profundo que pueden observarse a simple vista, incluyendo los objetos Messier M31, M13, M44 Y M42 (la galaxia de Andrómeda, el gran cúmulo de Hércules, la Colmena o cúmulo abierto de Cáncer, y la nebulosa de Orión). Estos son descritos en su serie “Las luces en el cielo son estrellas” (Titulado así a partir de un verso de Archibald MacLeish). Después de leer este poema, pienso que sus observaciones del cielo nocturno son tan sólidas y reconocibles como el desfiladero rojo.

Los movimientos planetarios son complejos pero regulares. Son un confiable reloj en el cielo.

Rexroth fue un observador tan escrupuloso que es posible fechar con precisión muchos de sus poemas con observaciones astronómicas, por medio de un software planetario. (Yo usé Cartes du Ciel.)

Establecí un periodo probable de composición de cada poema con interés astronómico, basado en las fechas de publicación. Rexroth fue un escritor prolífico durante su vida, y normalmente no acostumbraba editar sus trabajos anteriores. Asumí que cada poema de sus libros fue escrito después de que su libro anterior había sido editado. Entonces ingresé ese periodo en el software, buscando correspondencias con sus descripciones.

Encontré nueve ocasiones suficientemente detalladas para ser fechadas. Unas pocas eran ambiguas, pero esos poemas también contenían otros elementos cronológicos, como la edad de su hija, o la estación del año. La fuente que usé para los textos y las cronologías fue  The complete poems of Kenneth Rexroth  (Sam Hamill & Bradford Morrow, eds., Copper Canyon Press, 2003).

 

DE “HACIA UNA FILOSOFÍA ORGÁNICA”:

Escorpión sale tarde con Marte capturado en su garra;

la luna ha venido antes que ellos …

Es abril…

Orión camina con la cintura bajo la niebla del océano;

Leo se agacha bajo el zenit.

 

Marte está en Escorpión algunos meses cada pocos años (Rexroth comete un error común al usar el nombre astrológico Escorpio), pero la “garra” lo aclara, y “Abril” lo confirma. Ya que la luna aparece “antes”, en lugar de estar más cerca de Leo u Orión, las fechas posibles se limitan del 24 al 26 de abril de 1937. Si Orión se hunde en la niebla del océano, Marte acaba de aparecer, son cerca de las 9:15 p.m. P.T. Después en ese mismo poema:

 

OTOÑO, SIERRA NEVADA

 

el monte Ritter y el Banner…

Al atardecer la luna monta sobre la espalda curva de Escorpión,

la Osa mayor se arrodilla sobre la montaña

diez grados bajo la luna

Venus se esconde en la neblina que emana del gran valle.

Jupiter, en oposición al sol, se alza en el alpenglow

entre los picos quemados.

 

La oposición de Júpiter de otoño ­­––momento en que el planeta está exactamente opuesto al sol en nuestro cielo­­–– ocurrió en 1939 y 1940. Como este poema fue publicado en 1940, ese año es imposible, entonces la única fecha posible de otoño es el 13 de Noviembre de 1939, pero es improbable que Rexroth estuviese en la Sierra a mediados de noviembre. De todas formas, en 1938, Júpiter estuvo en oposición el 21 de agosto. Es posible que Rexroth haya usado el término “oposición” vagamente, y sea un mes después, el 28 de septiembre de 1938. Todo lo demás calza con la fecha: la luna está iluminada un 28% y cerca de la “espalda” de Escorpión, y Venus está a quince grados de la Luna. El sol se puso alrededor de las 5:40 p.m. PT. El alpenglow habría continuado una hora o más sobre las cumbres. A las 7 p.m., Júpiter estaba a una altitud de 30 grados, y a un azimuth de 11 grados. Si el Ritter y el Banner son los “picos quemados” entre los que Júpier emergió, Rexroth acampó en el lago Catherine esa noche, desde donde también es visible el (“Gran”) valle de San Joaquín; desde esta perspectiva la Osa mayor se puede haber visto “arrodillándose” sobre el monte Davis hacia el noroeste.

 

DE “ANDRÉE REXROTH”:

Han pasado los años. Es primavera

otra vez. Pronto aparecerán Saturno

y Marte, bajos en el oeste,

en el crepúsculo.

 

En la primavera de 1948, Marte y Saturno estaban en conjunción entre Cáncer y Leo. Su mayor cercanía, aproximadamente a 3 grados uno del otro, fue el 30 de marzo de 1948. De todas maneras, no estuvieron “bajos en el oeste/ en el crepúsculo” hasta el final de mayo o el comienzo de junio, lo que resulta coherente con “…un largo/ atardecer primaveral.” (Otra conjunción como esta ocurrió en la primavera de 1946, pero Rexroth escribe, dirigiéndose a su esposa que murió en 1940, “Ahora hace casi diez años que…”) Después en el poema:

 

La luna se hunde en la niebla…

Saturno resplandece a través de la profusa luz

Como un dorado ojo húmedo; cerca,

Antares brilla débilmente,

Sin resplandor.

 

Rexroth confunde Júpiter con Saturno. Saturno no estuvo cerca de Antares  en ningún momento entre 1929 y 1956, pero sí Júpiter en el verano de 1948. Con la Luna poniéndose tan temprano, debe haber sido entre el 9 y 11 de Julio de 1948, o (considerando la temporada de la High Sierra) más probablemente el 6 o 7 de agosto de 1948. Júpiter a través de la neblina luce efectivamente como un dorado, ojo húmedo.

 

DE “SANGRE EN UN MUNDO MUERTO”:

Una noche ventosa de final de otoño,

La luna sale cortada.

Mary ha hablado

Todo el día del eclipse

…no es que esperemos que una niña

de cuatro años comprenda

que “la sombra de la tierra es como sangre.”

 

Este eclipse lunar aconteció el 18 de enero de 1954, alcanzando su totalidad a las 6:30 p.m. P.T. La sombra rojiza de la tierra en la luna ocurre solo cuando el eclipse alcanza su plenitud. La luna salió a las 5:11 p.m. ese día, y el eclipse ya había comenzado. Rexroth recuerda erradamente la estación, pero lo otros detalles son correctos. Mary, la hija de Rexroth, nació en 1950.

 

DE “PROTOPLASMA DE LUZ” EN LA SERIE “LAS LUCES EN EL CIELO SON ESTRELLAS”:

Hace cuánto

Frances y yo tomamos el metro

Hacia el parque Van Cortland…

Bajo

Los árboles el sol hacía pequeñas

Lúnulas de luz a través de las ramas desnudas

Sobre la nieve….

Una

A una las estrellas salieron.

Finalmente

El sol era solo una fina

Media luna en nuestros lentes

Con los brillantes planetas alrededor

Como testigos.

Entonces la gran ameba fría

De luz cristalina se esparció

por el cielo…

 

El pasaje describe un eclipse total de sol visto desde el Bronx, New York, el 24 de enero de 1925. El eclipse alcanzó su plenitud alrededor de las 9:11 a.m. EST. Siendo total solo en los distritos nortes de la ciudad. Rexroth describió con precisión el efecto de la forma del Sol: parcialmente cubierta por la luna, y desfigurado por los árboles sobre el suelo. Sin duda hubo una sorprendente conjunción de tres planetas aproximadamente veinte grados al oeste del Sol: Venus, Mercurio, y Júpiter estuvieron a unos tres grados entre sí.  La “gran ameba fría” es la corona del sol, visible solo cuando el eclipse alcanzó su apogeo. Más adelante en el mismo poema:

 

El crepúsculo llega y todos

Los planetas visibles aparecen.

Primero Venus, después Júpiter,

Marte y Saturno, y al final

Una vez más, Mercurio…

 

Rexroth describe otro atardecer, una conjunción evoca otra en la mente. Esta parte del poema está dirigida a su hija Mary, por lo que es poco probable que haya sido escrita antes de 1953, cuando ella tenía tres años. Fue publicado en 1956. En ningún año entre 1953 y 1956 fue posible ver los cinco planetas a “ojo pelado” (Rexroth los llama “visibles”) en el cielo del atardecer, pero hubieron dos “casi”. Entre el 12 de Febrero y el 12 de marzo de 1953, todos los planetas excepto Saturno formaron un asombroso racimo sobre el cielo occidental, cerca de Aldebarán, que es semejante en brillo y color a Saturno. Rexroth pudo haber tomado Aldebarán por Saturno. Desde el 14 al 26 de febrero la luna debió haber sido prominente; su ausencia en el poema argumenta contra esas fechas. También es posible, aunque menos probable, del 16 al 31 de mayo de 1954. La complicación de este caso es Marte, que sale después de que Júpiter se pone. Rexroth puede haber confundido Antares, saliendo en el este, con Marte, especialmente hacia el final de esta ventana de tiempo, pero esta disposición no resulta tan asombrosa.

 

DE “OTRO CREPÚSCULO”:

… Venus y la transparente

luna creciente. Venus capturada

en la garra del cangrejo, la luna se arrastra

entre los muslos abiertos de la Virgen.

 

Desde el 25 al 27 de julio de 1952, Venus está en Cáncer, y la luna está en su fase creciente, entrando en Virgo después de esas tres noches. Otro posible alineamiento de Venus en Cáncer en este período temporal, del 14 al 28 de Junio de 1954 por ejemplo, es poco probable; pues es muy pronto aun para un viaje a la Sierra, y la luna ya no está en creciente.

 

DE “YIN  Y  YANG”

Es primavera, una vez más en  la cordillera de la costa

Tibia, aromática, bajo la luna de pascua,

Las flores han vuelto a sus lugares….

El león le entrega la luna a la virgen.

Ella se para en las encrucijadas del cielo,

Sosteniendo la luna llena en su mano derecha,

Y una reluciente espiga de trigo en la izquierda

 

Esta “luna de pascua” (la luna llena antes de pascua) aconteció el 27 de marzo de 1964. Pero en esa noche Virgo ya no sostenía la luna en su “mano derecha”, el arco entre beta y gamma Virginis; para entonces se había movido a una posición entre sus brazos, cerca de gamma.  La “espiga de trigo” es frecuentemente representada en antiguas ilustraciones de la constelación.

Está claro que Rexroth fue un observador preciso y  un testigo escrupuloso del cielo nocturno. Ninguno de estos fragmentos falló al producir una fecha verificable, a pesar de que en dos hay un inocente error. Lo que considero casi una declaración de principios poética, el grado en el que Rexroth  basa sus poemas en la observación y el registro. Esta gran fe en la realidad es una fe en sus lectores. Probablemente ni uno entre cien lectores habría sabido o le habría importado si lo hubiese inventando. Aparentemente Rexroth consideraba la astronomía como una forma de alfabetización, la que una persona educada debía conocer y honrar. No habría preferido faltar a su veracidad antes que citar equivocadamente a Shakespeare.

Existe una especie de modestia entre los astrónomos amateurs; en deferencia a los profesionales, ellos se describen a sí mismos como “observadores”. Kenneth Rexroth fue justamente esto, un observador.

 

 

 

 

 

 

 

 

Ignacio Morales V. (Santiago, 1986), poeta y traductor. Ha publicado Volvo (Libros Tadeys, 2017) y las antologías de poesía escolar Miraré el sol y me quemaré con gusto (2015) y Ven a bailar contra el oleaje, ven a gozar la fácil destrucción del cisne, 14 poetas del Apocalipsis (2016), por el sello Épica social americana.

 

 

 

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